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En Saltillo a una mujer con síntomas de coronavirus le niegan la prueba

Le dijeron que era influenza, solo se le indicó alta a domicilio, paracetamol, ceftriaxona, intravenosa, oseltamivir y combivent

Foto: Archivo

“¿Y a poco usted fue a Italia o a España?”, dijo con tono despectivo la doctora de la Hospital No. 2 del IMSS de Saltillo que atendió a N., una mujer de 23 años que hasta antes de este fin de semana mantenía una vida sana y que de pronto, la mañana del jueves, empezó a sentir síntomas como fiebre de 37 grados y tos seca.

Eso, dice, le contestaron cuando pidió la prueba por coronavirus y le fue negada. Su mamá, quien la acompañaba, se molestó por el comentario. Pero México oficialmente se encontraba en la Fase 1 de la epidemia por coronavirus y las pruebas no estaban autorizadas para pacientes con esa sintomatología.

Siguiendo las indicaciones que ha establecido la Secretaría de Salud, no calificaba para aplicar a la prueba de coronavirus. Solo se le indicó: alta a domicilio, paracetamol, ceftriaxona, intravenosa, oseltamivir y combivent. Como lo dice el dictamen médico que compartió, bajo la promesa de mantener su anonimato.

La incapacidad fue extendida a partir del sábado. Por eso, y todavía con los síntomas agravados, N asistió de manera normal a su empleo.

Cuando su familia se enteró de esto, decidieron aislarse voluntariamente, pues tuvieron contacto con ella en las semanas anteriores. Incluso su madre se quedó con sus hijas para evitar el contagio. Una de sus hermanas tiene bebés y niños pequeños así que también está aislada desde entonces. Ella no presenta síntomas, pero la ansiedad la está consumiendo.

El sábado, México seguía en fase uno, pero los síntomas de N. iban avanzando a tal grado que empezó con las complicaciones para respirar. Su mamá, una mujer mayor de 60 años, recorrió todas las farmacias de Saltillo para poder encontrar el respirador desechable y pagarlo con sus ahorros. El resto de la familia tiene antecedentes o situaciones que los obligan a estar aislados y el peso de la alimentación, pagos y búsqueda de medicamentos recayó en ella.

N. tuvo que romper la cuarentena porque el tratamiento no daba mejorías. La doctora le había indicado que podría recuperarse en casa siguiendo las instrucciones pero solo se iba agravando. Esta vez al trasladarse al hospital, como dictaba su receta, la separaron de su madre y solo le dijeron que tenía influenza sin hacer pruebas médicas. Solo con observación de su sintomatología.

Hasta la fecha no sabe si está en los casos sospechosos, tampoco si tiene coronavirus o influenza. Tampoco han reparado en gastos, simplemente compran lo que pueden y ya.

N. ha pasado por distintos diagnóstico. Desde influenza, gripe común y neumonía atípica y cumple varios requisitos para realizarse las pruebas por el nuevo coronavirus. Pero porque oficialmente estamos en la fase 2 de la epidemia, su situación se quedó vacilando entre los cambios de criterio, la burocracia y el desabasto de medicamentos.

Todos los días cambian los criterios y se actualizan la definición de caso confirmado o sospechoso. Hoy por hoy, cualquier persona que manifieste síntomas puede acudir y será catalogado como sospechoso. Pero N. tiene miedo de volver a urgencias. Esta entrevista tuvo que ser realizada a través de su hermana, porque ella, N., ni siquiera puede hablar.

La hermana solicitó el anonimato y el espacio para enviar este mensaje: “Pido que les den prioridades a casos como este, porque me he enterado de casos similares que están tratando como influenza o neumonía atípica. Y sí, los mandan a su casa pero ¿y en el trayecto? Todos están expuestos a eso”.

Ella, la hermana, no presenta otros síntomas. Pero insiste a quien lea esto: “Tenemos que acatar las instrucciones. Mis papás (adultos mayores) están muy asustados y aunque se están cuidando con vitaminas y alimentación, eso no les quita el miedo”.

Aquí un recuento de los hechos.

Jueves 19 de Marzo: N. asiste acompañada por su madre a consulta a la Clínica No. 81, la envían al Hospital del IMSS No. 2 y ahí se le diagnostica con neumonía atípica. Presenta: fiebre, tos seca y dolor de cuerpo. Diagnóstico: Infección aguda de las vías respiratorias no especificada.

Viernes 20 de Marzo: Va a trabajar.

Sábado 21 de Marzo: Empieza su incapacidad laboral, pero se complican los síntomas. No puede respirar ni hablar bien. Si habla se agita y va perdiendo la voz. Tos no expectorativa, mialgias. Se descarta infección pulmonar. Infección aguda de las vías. respiratorias no especificada. Desde su ingreso hasta el egreso hospitalario pasan 4 horas, en las que se mantiene aislada. Solo le dicen que tiene influenza de manera verbal. Le toman muestras de sangre pero sigue sin recibir resultados.

Miércoles 25 de marzo: Sigue en aislamiento. Se agudizan los síntomas y sus familiares deciden trasladarla a una clínica privada.

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La paciente N.

– Tuvo que comprar todos los medicamentos e incluso jeringas por su cuenta, además fue difícil encontrarlos pues escaseaban.

– Muestra síntomas que no han cedido y por el contrario, empeoran.

– Tiene miedo por estar contagiada de coronavirus.

– Desde la primera visita le dieron el un número de un doctor que se encargaría de monitorear su caso, vía telefónica. No ha recibido ninguna llamada hasta el cierre de esta edición.

Escrito por Kaze

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