Kaze
Saltillo.- Luego de más de un mes que no se reportaban casos de suicido en la ciudad, la noche de ayer se presentó la víctima número 75 en lo que va del año en la región Sureste del Estado de Coahuila.
Christian Humberto García Martínez, de 29 años de edad, fue localizado por sus familiares sin vida al interior de su domicilio de la calle Primo de Verdad 253, de la colonia Bellavista, cerca de las 20: 30 de ayer, acudiendo la Policía Municipal a tomar conocimiento como primer respondiente.
Según las primeras versiones de los hechos, Christian habría llegado en estado histérico a su casa en compañía de su hermana, siendo recibidos por su papá, Mario Alberto García, de 51 años, cerca de las 18:00 horas, quien intentó de diversas formas calmarlo.
Al parecer, el joven estaba muy alterado y aseguraba que alguien quería matarlo, idea que no que no descartaba y que lo llevó a suplicar que lo escondieran, por lo que sus familiares lo dejaron en su habitación, creyendo que sí lo mandaban a dormir se le pasaría el susto.
Luego de ausentarse por alrededor de una hora, el joven utilizó el tiempo para llevar a cabo su plan, pues tomó una cadena y se colgó de la rama de un árbol para ahorcarse. Sus familiares los encontraron alrededor de las 19:00 horas bajo el árbol.
AUTORIDADES LLEGAN TARDE
De inmediato descolgaron a la víctima y la colocaron en una habitación, pero cuando llamaron a los números de emergencia 911, no obtuvieron una respuesta favorable por parte de las operadoras que no enviaron auxilio sino hasta las 20:30 horas, cuando ya era demasiado tarde.
Los paramédicos de la Cruz Roja nada pudieron hacer por Christian, confirmando su lamentable deceso y dando aviso a las autoridades de la Unidad de Investigación de Homicidios de la Fiscalía General del Estado para que acudieran a realizar las diligencias pertinentes en torno al nuevo caso de suicidio.
El cuerpo de Christian fue velado en silencio por sus vecinos y amigos que se reunieron en torno al hogar. Los restos del joven fueron llevados en la carroza fúnebre al Semefo.
POR JETZA MÚZQUIZ
