Kaze
No cabe duda que una cosa es lo que se dice, y otra la que se hace. Y esto aplica mucho más en la política mexicana.
Entre partidos y funcionarios es muy común que se digan de todo en público y frente a las cámaras, pero en la intimidad, en el círculo cercano, la realidad parece ser muy distinta, y esto se observó, de nuevo, el pasado sábado 20 de mayo.
En ese día, Paulina Romero, hija del dirigente del sindicato petrolero y senador, Carlos Romero Deschamps, se casó.
Sí, esa misma joven que fue noticia en mayo, pero del 2012, cuando Reforma evidenció que presumía en sus redes sus viajes por todo el mundo, tanto en aviones comerciales como privados, paseos en yates, salidas a lugares exlusivos, artículos muy costosos. Y como ‘cereza en el pastel’, Paulina se hacía acompañar de sus mascotas, ‘Keiko’, ‘Boli’ y ‘Morgancita’, bulldogs ingleses.
Fue el mismo periódico Reforma el que reveló la asistencia de varios políticos renombrados, de distintas líneas políticas, a dicho evento tan exclusivo.
“Pasarela de la clase política del país”, nombró Reforma a esta boda, la cual estuvo vigilada por un fuerte dispositivo de seguridad, cubierto por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, sí como lee.
Entre los privilegiados asistentes estaban:
El panista Diego Fernández de Cevallos.
El Jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
Enrique Ochoa, líder nacional del PRI, junto a Jesús Murillo Karam, ex titular de la PGR.
René Juárez, subsecretario de Gobernación.
El ex gobernador de Hidalgo, del PRI, Francisco Olvera.
El ex gobernador de Aguascalientes, del PAN, Carlos Lozano.
El senador Pablo Escudero y su esposa la diputada Sylvana Beltrones.
El director de Petróleos Mexicanos, José Antonio González Anaya.
Diva Gastélum, senadora sinaloense, quien llegó al cargo sin ser electa, es parte del grupo parlamentario del PRI.
Carlos Lozano, panista exgobernador de Aguascalientes.
